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Guía para el cultivo de orquídeas en casa

24 enero, 2019 No hay comentarios

Ya sea porque no te resististe a comprarla cuando sucumbiste a la belleza de esta planta, o porque alguien te la entrego como regalo, aquí te traemos varios consejos para cultivar una orquídea desde cero. Te enseñamos paso a paso el tipo de orquídea a elegir, cómo plantarla y los cuidados que necesita para que consigas que crezca con fuerza y acabe agradeciéndotelo floreciendo sus bellas flores en una explosión de color que alegrarán tu casa de ninguna otra forma parecida.

Paso 1. Selecciona la variedad

Las orquídeas son de lejos, y como la gente piensa, difíciles en su cultivo o de mantener, además de ello son extremadamente adaptables al medio. Pero no todas son igual. Hay al menos 20.000 especies conocidas y al menos 10.000 híbridos de esta planta. Pero hay muchas especies populares de ellas que son fuertes y fáciles de criar, además de tener facilidad para adaptarse a las condiciones de temperatura y luz que encontraran en el interior de nuestro hogar. Por ello, explorar las diferentes opciones que tienes a la hora de elegir la especie de orquídea te abre un amplio abanico de posibilidades.

Los tipos de especies de orquídeas más fáciles de encontrar en tu floristería más cercana son las Phalaenopsis, la Cattleya y la Paphiopedilum, además de ser estas tres bastante fácil de cultivar y mantener, siendo por ello las más recomendadas si es la primera vez que vas a cultivar una orquídea.

Las orquídeas suelen agruparse en dos categorías de especies bastante amplias según la forma de crecimiento de la planta. Estos son monopodiales o simpodiales. Es importante tenerlo en cuenta ya que esta división de especie afectará a su cultivo, el tipo de macetas, el mejor sustrato a utilizar y, por supuesto, al modo de floración.
Las monopodiales son aquellas que tienen un solo tallo vertical, que es el principal de la planta, y a lo largo de este van creciendo las hojas y flores. Las flores aparecen en la punta de las ramas más altas. En esta categoría encontramos a las familias de orquídeas phalaeopsis y vandas.
En cuanto a la categoría, la especie simpodial, algo más común, son aquellas que crecen de forma horizontal, donde el brote terminal muere y el crecimiento continúa por el desarrollo de nuevos brotes mediante la creación de pseudobulbos, que son brotes hinchados que almacenan agua y nutrientes para ayudar a la planta a sobrevivir cuando se encuentra con un periodo largo de sequía. Dentro de las orquídeas de esta especie podemos encontrar la familia de las cattleyacymbidiumoncidium y dendrobium.

Paso 2. Tipo de sustrato

La mayoría de las especies de las orquídeas tropicales son epífitas, lo que significa que no crecen en el suelo, suelen apoyarse en otros medios para poyarse, como otros vegetales. Un error muy típico es utilizar tierra común de macetas para plantar nuestras orquídeas, como se utilizaría con plantas normales.

Pero esto es un error, las raíces de las orquídeas necesitan mucho aire, más que otras plantas. Este tipo de tierra suele ser bastante compacta, por lo que no le permiten respirar adecuadamente. Sus raíces están cubiertas con una capa de células blancas llamadas velamen, que actúan como esponja para absorber el agua. Este revestimiento también las protege de la humedad y la pérdida del calor.

Es por ello que una mejor elección sería escoger una mezcla de sustrato más suelta o porosa. De esta forma le proporcionarás una buena circulación de aire y permitirás que el agua se drene rápidamente, provocando una mejor floración. También es buena idea dar a las raíces algo a lo que aferrarse, así que te recomendamos que coloque en la base, bajo el sustrato, un trozo de tronco, musgo, corcho, una cáscara de coco o algo parecido, para que de esta forma crezca feliz y con fuerza. Luego de colocar esto en la base, lo mejor es cubrirlo con una masa suelta de corteza de abeto, perlita, carbón vegetal o raíces secas de helechos.

Tanto el sustrato como el correcto abono para orquídeas son importantes, es por ello que te recomendamos que para ello te acerques a tu vivero o floristería de confianza, posiblemente ya tengan el preparado listo o sepan aconsejarte los expertos floristas de la mejor manera posible.

Paso 3. Macetas

Por lo general, las orquídeas suelen crecen mucho mejor en macetas relativamente pequeña. Una maceta de plástico suele ser una buena elección de cultivo, ya que cuando toca replantarla, se puede separar mucho más fácil e incluso, dado el caso, se puede cortar sin problemas para sacar las raíces lo más compacta posible.

3.1. Macetas al inicio:

Cultivar las orquídeas desde la semilla en macetas es un proceso que necesita mucha paciencia. A diferencia de las semillas de otras plantas, la de las orquídeas no contiene tejidos que almacenen nutrientes. Por ello, para crecer, necesita aterrizar sobre terreno donde se encuentra un tipo de hongo que ayudar a su sistema de raíces a convertir los nutrientes y poder así utilizarlos correctamente.

Es por ello que para hacer crecer las semillas de la orquídea, deberás de trabajar con cuidado. Las semillas deben ser cultivadas en una sustancia gelatinosa que contiene nutrientes y activos del crecimiento. Y recuerda ser siempre muy paciente en el cultivo. Las primeras hojas no aparecerán en meses, e incluso cuando lo hagan serán muy pequeñas. Las raíces tardan aún más en desarrollarse. Respecto a la floración, puedes llegar a tardar, con suerte, tres años en ver una flor, aunque lo general es que tarden en florecer entre siete u ocho.

Es mucho más fácil cultivar las orquídeas por esquejes. Pero recuerda que dividir a una planta significa que la floración tardará un año mínimo en aparecer. Además, cuanto mayor sea la planta de la orquídea, más flores producirá.

3.1. Maceta final:

A algunas orquídeas se les debe cambiar la maceta y sustrato una vez al año. Otras, por el contrario, pueden estar felices en la misma maceta incluso durante siete años. Por regla general no debe replantar la orquídea a menos que sea realmente necesario, ya que estas plantas se resienten y estresan bastante si se las molesta mucho. Ten cuidado con cambiarla de maceta si está en estado de floración.

Sabrás que es necesario cambiarla de maceta en varios casos: cuando la mezcla de sustrato empiece a descomponerse lo suficiente como para empezar a dificultar la aireación de las raíces; si las raíces comienzan a salirse de la maceta o si la planta empieza a generar nuevos brotes que la puedan afectar.

Recuerda siempre que cambies tus plantas de maceta, vayas a plantar orquídeas o te dediques a cultivar orquídeas en casa, es recomendable que utilices abono para orquídeas. Puedes utilizar un abono previamente preparado o utilizar un abono casero para que florezcan tus orquídeas. En cualquier caso, si tienes alguna duda sobre cómo abonar las orquídeas, acércate a tu floristería o invernadero más cercano, donde un experto en jardinería, plantas y flores podrá ayudarte y recomendarte cuál es el mejor abono para las orquídeas. De esta forma te asegurarás una correcta floración y podrás resolver todas tus dudas de primera mano y podrás aplicar las mejores técnicas de un buen riego, evitar plagas de las orquídeas, el mejor lugar para colocar tus orquídeas y otros datos importantes relacionados con el tallo, las semillas, los fertilizantes o el cultivo casero de las orquídeas entre otros. Recuerda que saber regar correctamente evitará cualquier exceso de agua o por el contrario que sufra de un sustrato seco.

4. Temperatura

Como explicamos antes, las orquídeas tienen varias formas de clasificarse, lo que afecta bastante a su cultivo y floración según la especie de la orquídea. Otra de ellas es por su hábitat original, lo que nos dice la temperatura, humedad y cantidad de luz que prefiere cada una para obtener así la mejor floración.

Las orquídeas de climas cálidos, como pueden ser las cymbidiums o las dendrobiums, están acostumbrados a una temperatura media de 13 a 21 grados centígrados, con un clima húmedo constante y una buena circulación de aires. Por lo general van a ser felices en una ventana orientada al sur, aunque en verano es posible que vaya a necesitar estar a la sombra.

Las orquídeas originarias de los trópicos húmedos, como la Phalaenopsis o la Paphiopedilum, prefieren temperaturas durante el día de entre 23 y 30 grados centígrados, con un humedad ambiente de entre un 80 a 90 por ciento. Si las vas a tener dentro de casa, te van a agradecer que las coloques cerca de una ventana que esté orientada al este o al sureste, donde la luz no va a ser demasiado intensa.

Las orquídeas de la familia de las Cattleyas y algunas de las oncidiums, crecen en climas donde los días son secos y frescos. Son capaces de llegar a aguantar una estación seca prolongada con temperaturas entre 27 y 30 grados centígrados, seguidas luego por una temporada de lluvias. Esto las hace necesitar una cantidad de luz bastante alta, por lo que se recomienda colocarla en una ventana soleada, preferiblemente orientada al sur.

Por otra parte, las orquídeas de altitudes altas como las masdevallia o las epiendrum, son originarias de boques nubosos, donde las temperaturas van de 15 a 21 grados centígrados y la humedad es muy alta. Por ello este tipo de orquídeas van a preferir una luz filtrada que no sea muy intensa. El lugar que más recomendamos colocarla es tras una cortina que deje pasar una luz suave.

Extra: Cultivar en un tronco

El cultivo de orquídeas en troncos parece que es una idea descabellada, pero en realidad no lo es. Las orquídeas, en su estado natural, suelen ser plantas epífitas, esto quiere decir que suelen crecer encima de árboles u otras plantas mayores, por lo que no necesitan necesariamente macetas. Suelen vivir en climas tropicales, por lo cual, si quieres sacar tu planta de orquídea al exterior para que viva en un árbol de tu jardín, asegúrate de que no vaya a sufrir inclemencias ambientales muy adversar o esto podrá acabar con ella. Las mejores especies de orquídeas para cultivarlas en troncos son las Oncidium, Vandas, Dendrobium, Cattleyas y, si tienes muy buena mano, la Phalaenopsis también puede llegar a funcionar.

Recuerda que el cultivo de orquídeas es, realmente, cultivar raíces. Es por ello que tienes que tener especial atención con estas. Si vas a plantarla en un tronco, las raíces deberán estar húmedas la mayor parte del tiempo, ya que no van a poder recibir agua del suelo. Por lo tanto si colocas una base de musgo entre el tronco y sus raíces, ayudará a que retenga la humedad por mucho más tiempo. Para que nuestra planta se adhiera al tronco, procura que este sea rugoso. Ata la planta con sumo cuidado al tronco con hilo vegetal. Nunca utilices alambre o semejantes, pues acabarán por oxidarse y esto malogrará a nuestra planta.

Si te decides por plantarla en el tronco de un árbol, procura que sea uno de hoja caduca. Esto es recomendable puesto que así nuestra orquídea estará mucho más protegida del clima y obtendrá así una mejor floración. ¿Cómo es esto posible? Muy fácil, un árbol de hoja caduca pierde sus hojas en invierno, con lo cual la orquídea va a recibir en esta época todo el sol directamente. En invierno, y con la subida de las temperaturas, el árbol caduco volverá a tener hojas que protegerán a nuestra orquídea del intenso sol del verano, manteniéndola fresca bajo la sombra de sus hojas.

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