La dipladenia o mandevilla es una de las plantas más hermosas del verano: brillante, bella y muy resistente a las sequías. En un jardín o en una maceta en casa, esta planta se llena de pequeñas flores perfumadas en forma de trompeta en los meses más calurosos, ¡todo un placer en los atardeceres de junio, julio y agosto! Las dipladenias son plantas trepadoras que se van agarrando con sus propios tallos delgados y flexibles a guías, paredes o celosías para crecer. Sin embargo, la dipladenia puede ser también colgante, creando toda una fuente de flores descendentes. 

Si quieres saber como tener una dipladenia colgante y donde colocarla, así como cuáles son los cuidados de la dipladenia colgante, en Interflora te damos más información, ¡sigue leyendo y disfruta de la más hermosa dipladenia colgante!

Dipladenia colgante rosa en maceta

Cómo conseguir una dipladenia colgante

Las mandevilla son plantas trepadoras que crecen muy rápido, pudiendo llegar hasta los 6 metros de altura. Además, los cuidados de la dipladenia con muy simples, por lo que es ideal para decoración de interior o exterior.

En general, cuando compras tu dipladenia espaldera en una floristería o centro especializado, te la entregan con una pequeña celosía para que tu planta no se rompa con el transporte y pueda trepar y crecer tranquilamente. De esta manera, la puedes poner en tu jardín en una zona donde pueda trepar, es decir, cerca de una pared o muro, por ejemplo, acompañada de la celosía de origen o de tutores para que se oriente en su subida. Sin embargo, la dipladenia también puede ser una planta colgante que llenará cualquier rincón, ya sea en interior o en exterior, con flores de colores muy variados en su época de floración.

Dipladenia colgante en maceta

Una técnica fácil para conseguir una dipladenia colgante

Tener una dipladenia colgante en maceta es fácil, solo tienes que dejarla sin apoyo. Si no cuenta con una base por la que trepar, la dipladenia crecerá hacia abajo.

Compra una maceta de gran tamaño con buen drenaje, que se pueda colgar con una percha o red y que sea práctica para ti. Cambia tu planta de la maceta en la que la tenías a la nueva maceta, y quita la celosía o las guías que la acompañan. Hazlo despacio para que sus tallos no se rompan. Deja que la que planta caiga totalmente, creando una especie de cortina de flores, tallos y hojas verdes, o conserva un par de guías en el centro para que algunos tallos puedan trepar, lo que dará más volumen a tu dipladenia, ¡una verdadera fuente vegetal!

¿Dónde colocar la dipladenia colgante?

Ahora que ya tienes tu mandevilla en una maceta, puedes ponerla en lo alto de un mueble en cualquier habitación iluminada, como adorno colgante de exterior o directamente en una jardinera en el balcón. Pon tu planta dipladenia en un lugar muy iluminado y cálido, incluso en aquellos rincones que reciben los rayos de sol durante unos instantes cada día. La temperatura debe oscilar entre los 15 y los 19 ºC. En cambio, no olvides que la dipladenia es una trepadora tenaz. Si las cuelgas del techo con cuerdas o lazos, puede que tus plantas encuentren la manera de trepar por ellos. Lo mismo si la colocas cerca de una pared o de una barandilla, la planta perderá su carácter colgante y comenzará nuevamente a trepar.

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Dipladenia en pared

Ahora que ya sabes como “crear” una dipladenia colgante, ten en cuenta que si quieres cambiar de lugar a tu dipladenia y ponerla cerca de una pared, podrás cambiar su sentido de crecimiento y hacerla de nuevo trepadora. Para ello tendrás que enredarla. Pero, ¿cómo enredar una dipladenia? Pues es fácil. Corta primero los tallos demasiado largos para que puedas enredarla bien.

Utiliza guantes, ya que la dipladenia tiene un látex  irritante para la piel. Después, sostén sus tallos con ayuda de un alambre flexible, una cuerda o lazo delgado, atando sus tallos directamente en una celosía, entramado o a la pared. También puedes utilizar unos palos (un tronco seco o un palo de madera grueso y largo) como guías para que la planta empiece a trepar.

Dipladenia colgante blanca

Cuidados de la dipladenia colgante

Los cuidados de la dipladenia colgante no difieren mucho de los del resto de las dipladenias de colores. En general, estas plantas son muy resistentes y no exigen mucha atención, pero hay que tener en cuenta ciertos puntos si quieres disfrutar de su bella floración en cuanto empiece a hacer calor.

Ubicación y temperatura

Un punto muy importante ya que, como hemos dicho, la mandevilla necesita mucha luz. Tanto si está en interior como en exterior, colócala en un lugar con mucha luz natural y sin corrientes de aire, por lo que hay que evitar situarla cerca de puertas o ventanas. Si vives en un clima fresco, pon tu dipladenia a pleno sol. Sin embargo, si tu zona es cálida, lo ideal es colocar a tu mandevilla en un emplazamiento en el que reciba mucha luz pero nunca directa.
La dipladenia no soporta el frío, por lo que una temperatura entre 15 y 29 ºC es ideal para ella. Por debajo de los 7 ºC, tu dipladenia corre el riesgo de no sobrevivir. Por eso, cuando bajen las temperaturas, tendrás que resguardarla al máximo. Si la tienes en maceta la puedes poner en el interior, y si está en el suelo de tu jardín, protege sus raíces con paja y utiliza una manta térmica de protección para plantas.

Cuidados dipladenia colgante

Riego y drenaje

La dipladenia colgante necesita riego moderado pero continuo y un suelo con buen drenaje que evite el encharcamiento. Puedes añadir unas pequeñas piedras al fondo de la maceta para que las raíces no estén en contacto continuo con el agua. Durante los meses de calor, mantén el sustrato siempre húmedo, sin mojar sus hojas o flores. Durante los meses de frío, reduce el riego y mantén el sustrato ligeramente húmedo. Eso sí, es importante pulverizar sus hojas para que no se deshidraten con las bajas temperaturas.

Abono y poda

En primavera y verano, abona tu mandevilla con un abono específico para plantas de flor cada 15 días, sobre todo si está en plena floración. En invierno, es mejor suspender la fertilización, ya que la planta se encuentra en reposo y no necesita altas dosis de nutrientes. Retoma la fertilización en primavera, cuando comience su periodo de crecimiento activo. Realiza podas ligeras después de la floración para mantener la forma hermosa y compacta de la planta. A finales del otoño o principios del invierno, realiza una pequeña poda y elimina las hojas, las flores y los tallos secos o más dañados para estimular un crecimiento saludable.

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