Dicen que los nacidos bajo el signo de Escorpio son sensuales y determinados pero también escurridizos y muy celosos de su intimidad, dados a guardar secretos. Escorpio es un signo de agua, por lo que su verdadero mundo está en los sentimientos. Su naturaleza apasionada y su espiritu crítico les hace estar siempre en el centro de la polémica.

Si consiguen controlar este borbotón emocional encontrarás en un escorpio un interlocutor brillante capaz de entender tus problemas y ofrecer soluciones ecuánimes y sabias. Su energía y su temperamento intrépido resultan siempre estimulantes.

En estas fechas los escorpio cumplen años. Si quieres alegrarles el día, rodéales de sus flores favoritas  como el jengibre, la peonia, flor de anturio, azalea, gladiolo, cristantemo, rododendro o clavel.

Si lo que buscas es un momento de intimidad con un escorpio lo mejor es un perfume, siempre y cuando aciertes. Como sabemos lo dificil que eso puede llegar a ser aquí tienes la clave:

La madreselva es la flor de Escorpio. Esta flor al igual que los nativos de este signo, no puede abrirse si no es en un lugar tranquilo, sus virtudes estimulan a los seres nostálgicos, con tendencia a refugiarse en sus sueños o en su pasado.

El lirio es la flor de la inmortalidad, muy apreciada por los nativos de este signo que aspiran a menudo a que el tiempo se detenga.

Esencia de madreselva y de lirio es lo que promete “Beyond the paradise” un perfume que la casa Esteé Lauder lanzó en 2003. Sugerente, especial y exclusivo son notas que se adaptarán perfectamente a los gustos de Escorpio. Nos ha gustado el comentario sobre este perfume que aparecen en el cuaderno de fragancias de Olibanun, así que aquí lo trasladamos:

«Balancea la lechosidad latente de las flores tropicales con la exuberancia clásica de las flores blancas evocando una orquídea, un lirio y una madreselva. Paradójico también porque combina cremosidad con luminosidad, suavidad con efervescencia y ligereza acuática con solidez. Una última cualidad: deja una estela memorable. Yo lo veo como un manto de ondulantes y sedosos pétalos gigantes que arropa a quien lo lleva.

¡Abran paso, señores, que llega Escorpio!

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