Si la atracción por los dulces te resulta incontrolable y eres incapaz de mantener un ritmo de comidas regular, ¡Ojo! puede ser la manifestación de un desorden emocional materializado en estrés, ansiedad y altibajos emocionales.
Esa continua tendencia al picoteo y a los alimentos muy azucarados te puede producir, curiosamente cuadros de hipoglucemia o bajadas pronunciadas de azúcar, un desequilibrio en la gestión de los azúcares que puede ser el origen y la causa de síntomas tan variados como dolores de cabeza persistentes, apetito voraz, crisis de ansiedad, irritabilidad, cansancio y en general agotamiento físico y mental.
Como ves, la alimentación puede delatar tanto nuestro estado físico como emocional. Por eso es tan importante, antes de acudir a fármacos, terapias intrusivas o dietas, tratar de encontrar un equilibrio entre nuestra forma de vida y la forma y manera en la que nos alimentamos.
En tiempos alterados como en los que vivimos, tener los nervios templados es cada vez más complicado. Por ello, debemos echar mano de cualquier recurso que nos de fuerza para mantener en su sitio la cabeza y el ánimo y así poder encajar de la mejor manera posible los diversos reveses y problemas con los que nos encontramos dia a dia.
Nuestro sistema nervioso es el que más va a sufrir estos altibajos, por ello, conviene prestarle un poco de atención. Por suerte, existen a nuestro alcance, alimentos y productos que ayudan a armonizar el funcionamiento de nuestro sistema nervioso de forma natural y saludable, favoreciendo el cambio de rutinas negativas por otras que nos aportarán tranquilidad y resistencia.
La revista consumer ha seleccionado algunos alimentos y productos de los que puedes echar mano cuando veas que tus nervios flaquean. Estos son:
Alimentos armonizadores de los nervios
Avena, en grano o en copos.
La avenina, un componente de la avena, tonifica y equilibra los nervios. Una receta idónea para este fin es la crema de avena (porridge) elaborada con copos de avena cocidos en agua hasta conseguir la textura deseada (caldoso como una sopa o espeso como un arroz con leche). La avena como cereal también puede incorporarse a la dieta, una vez cocida, en forma de espesante para sopas, cremas y purés de verduras.
Pan multicereales o con frutos secos.
Una propuesta para los desayunos, en sustitución de los típicos alimentos ricos en azúcares simples como galletas, bollería, bizcochos (incluso los caseros) o panes de molde. El objetivo es comenzar el día comiendo alimentos que reporten energía duradera, para no tener hipoglucemias acusadas a las pocas horas de haber desayunado.
Calabaza poti marrón.
Es una variedad de calabaza más dulce y gustosa, ideal para elaborar cremas o asada en tacos, como aperitivo dulce o como guarnición de platos de carne o pescado. Al ser dulzona, quita el ‘gusanillo’ por el sabor dulce y puede emplearse como alternativa a los alimentos azucarados. Es rica en fibra, de forma que su consumo proporciona sensación de saciedad, y en conjunto, ayuda a calmar el apetito.
Frutas desecadas, dulces pero sin azúcar.
Las uvas pasas, las ciruelas secas, los higos, los orejones, por su sabor dulce natural reducen la sensación de necesitar terminar la comida con un postre dulce, por lo general, demasiado azucarado. Al ser su sabor dulce tan concentrado, con un puñado se alcanza el umbral de saciedad y de gusto dulce. Además, proporcionan en pequeño volumen un apreciable aporte de nutrientes reguladores (vitaminas, fibra, minerales, etc.).
Arroz integral.
De todos los cereales es el más completo en cuestión de nutrientes. Y en comparación con el arroz blanco, merece destacar la diferencia nutritiva, incluidos los nutrientes reguladores de la nutrición cerebral como carbohidratos complejos, magnesio (4 veces más que el arroz blanco), fósforo (el triple), vitamina B1 (seis veces más) y vitamina B6 (el doble).
Un puñado de frutos secos.
Son alimentos ricos en triptófano, al igual que el plátano, la soja y los huevos. El aminoácido triptófano, componente de las proteínas, se transforma en serotonina, neurotransmisor cerebral relacionado con el buen ánimo y el control del apetito.
Germen de trigo.
Es un complemento dietético rico en vitamina B6 y en magnesio. La vitamina participa en la síntesis de serotonina a partir de triptófano, y en la formación de las neuronas, las células del sistema nervioso. Su deficiencia causa ansiedad. El magnesio, por sus cualidades relajantes, es un buen complemento para calmar los nervios. Sendos nutrientes también son abundantes en las nueces, los higos secos, los cereales integrales, las legumbres, acelgas y espinacas.
Bebidas ansiolíticas.
Tomar café o té es contraproducente si se tiene ansiedad. Hay plantas que proporcionan al organismo la sensación de relajación buscada por su efecto ansiolítico. Resulta efectivo combinar pasiflora y amapola, o melisa y lúpulo.
Estevia, el dulce natural.
Esta planta de la que se extraen los esteviosidos, unos componentes con un potente sabor dulce (250 a 300 veces más dulzor que la sacarosa o azúcar común), no destaca por tener cualidades de calmar los nervios, aunque de manera indirecta, influye. Al proporcionar un sabor dulce natural a los alimentos, recetas o platos a los que se añade, quienes tienen ansiedad o nervios y manifiestan su malestar con una apetencia desordenada y exagerada por el dulce, sienten cierto sosiego al poder echar mano de la estevia en caso de que ‘necesiten’ ese punto dulce en el alimento que vayan a comer o a cocinar.
De todas formas, poco te ayudarán todos estos buenos alimentos a calmar tu ansiedad si no consigues poner un poco de orden en tu vida. Léase: dormir suficiente, hacer ejercicio, disponer de momentos de ocio, y comer a tiempo y con tiempo.
No parece tan difícil ¿A que no?