Cuántas veces hemos oído alabar unas mejillas rosadas como muestra de una salud rotunda. Pues bien, no siempre es así. En realidad, más bien todo lo contrario.

Ese tono sonrosado de algunos pómulos se debe, en muchos casos, a una alteración de la piel que  se denomina en términos médicos cuperosis. Se reconoce por unos pequeños hilillos venosos o pequeñas venas dilatadas que aparecen en zonas concretas de los pómulos, nariz, mejillas y lóbulos.

La cuperosis aparece cuando la piel es débil o muy sensible y además no hay buen riego sanguíneo en esa determinada zona. Otro factor es el genético. Si alguien de tu familia es propenso a este tipo de alteración puede ser que tu también lo tengas. En este caso, puedes prevenirlo tomando alimentos con mucha vitamina C (cítricos, brócoli, acelgas, pimiento verde, perejil, etc.). Como regla general, para controlar este tipo de problemas en la piel lo mejor es facilitar la circulación de la sangre en la zona, dándote a menudo pequeños masajes y evitando usar objetos que aprieten como gafas, diademas, joyas, etc. Además conviene reducir el consumo de café, té y alcohol, ya que estos productos contribuyen a dilatar las venas de la cara.

Aparte de estos remedios generales aquí tienes unas sencillas fórmulas caseras que te aliviarán o te servirán para prevenir la aparición de cuperosis y también para tener una piel más luminosa.

Lechuga y uvas.

La lechuga y las uvas contienen grandes cantidades de vitamina C que pueden transferirse a la piel y así mejorar su vitalidad. Dos productos muy asequibles, más en esta época.

Preparación y uso

Hierve dos hojas de lechuga y, una vez frías, colócalas en la zona donde tengas cuperosis. Manténlas unos segundos en contacto con la piel para que ésta se calme.

Seguidamente frota con el hollejo de una uva (lal piel de la uva) la zona que estas tratando.

Repite este remedio una vez al día hasta que notes mejoría. Si lo que quieres es prevenir la aparición de cuperosis con que lo hagas un par de veces a la semana bastará.

 

Agua de rosas y azahar.

Hemos hablado en otras entradas de este blog de las magnificas propiedades del agua de rosas. Pues bien, es la hora de ponerlo en práctica. Este preparado está indicado para cuando la cuperosis no está muy marcada o cuando está localizada en nariz y pómulos.

 Preparación y uso

Esta vez la mezclaremos 100 grs. de agua de rosas con la misma cantidad de agua de azahar. A esta mezcla se añaden dos grs. O una pizca de borato de sosa (de venta en droguerías).

Humedece un algodón con este preparado y aplícalo por la mañana y por la noche en las zonas afectadas.

Si te tienen que salir los colores que sea por los piropos y no por la cuperosis.

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