Pocas flores hay tan poco pretenciosas y tan coloridas como la gerbera. Esta flor se puede encontrar en todas las tonalidades, excepto el negro, el verde y el azul. Por ello se han convertido en flores muy populares entre los floristas a la hora de componer sus arreglos. Además es una flor muy agradecida que incluso sigue creciendo una vez cortada.
La gerbera lleva el nombre de Trangott Gerber, un médico alemán que coleccionaba plantas en Dinamarca. Conocida también como la margarita africana, la gerbera es originaria de la región de Transvaal en la provincia del Cabo en Sudáfrica donde ha venido creciendo de forma salvaje hasta que sus campos han comenzado a cultivarse y con ello, a desaparecer.
Piensa en gerberas para regalar en San Valentín si quieres transmitir inocencia y, por supuesto, alegría. Con un sencillo ramo de gerberas, expresarás amistad y afecto y además, dejarás bien claro que valoras la importancia de las pequeñas cosas.
Si las flores fueran música, la gerbera llevaría el título de una canción “All you need is love” (todo lo que necesitas es amor) de un grupo llamado Los Beatles. ¿Alguien se acuerda?…
