Son de todos conocidas las beneficiosas propiedades del aloe vera, tanto en cosmética como en farmacia. Hoy vamos a hablar de un extracto muy particular que procede de esta planta milenaria.
En Medicina, se extrae el jugo de la hoja de aloe vera y se cuaja. Esta sustancia sólida de color oscuro y sabor amargo se llama acíbar. Las hojas del aloe se cortan trasversalmente y se recolecta el líquido que ellas brota. Se pone al sol o al calor y así se espesa.
Hace siglos, en Al-Andalus, se podían encontrar, en la provincia de Málaga, extensos zabilares que se destinaban a la fabricación de acíbar. El objeto de este interés son las virtudes estomacales y aperitivas de esta resina y su rápida acción sobre el intestino grueso. Forma parte de numerosos purgantes en forma de gotas, píldoras, tabletas y supositorios. Además, el extracto y la tintura de acíbar estimula la secreción biliar.
En homeopatía es un espléndido aliado para combatir estados de debilidad de los órganos digestivos. Su tintura se utiliza en forma de apósitos para calmar quemaduras y para curar heridas mal cicatrizadas.
Una fórmula tradicional y exquisita para beneficiarse de todas estas cualidades tónicas y aperitivas se llama Licor de Raspail donde, además de acíbar, se mezclan angélica, cálamo, mirra, canela, clavo, vainilla, nuez moscada y azafrán. Todos estos ingredientes se dejan macerar en vino durante 15 días. Transcurrido ése tiempo se filtra el alcohol y se endulza con almíbar.
Una copita de este licor después de las comidas procura una buena digestión cuando el estómago se muestra perezoso.