Cuando recibimos un ramo de flores y cuando compramos -o cortamos del jardín- flor fresca para colocarla en nuestro entorno, siempre pensamos en lo poco que dura ese placer.
Estos son algunos consejillos para que podamos alargar la frescura de nuestras flores cortadas:
Las flores cortadas tienen que ponerse siempre en agua limpia que se renueva cada vez que se ensucie. Al perder las hojas y las raíces, la planta no tiene ya forma de obtener el oxígeno que necesita para vivir. Cuando las ponemos en agua, las flores son capaces de sustentarse a partir del oxígeno que está disuelto en el agua y que absorben a través del tallo.
Puedes añadir una aspirina o cualquier otro producto anti bacterias especial para jardinería con ello ayudas a desacelerar la putrefacción de la flor. Quita las hojas y pétalos marchitos, ya que al caer al agua pueden activar ese proceso de descomposición.
Otro factor importante es el jarrón. Procura que sea lo suficientemente grande para que les llegue la luz a todos los tallos y para que las flores no estén apelotonadas. Además, procura que el recipiente tenga agua suficiente para que las plantas puedan respirar.
Otro detalle a tener en cuenta es el lugar dónde colocaremos nuestro jarrón. Los ambientes secos, con corrientes de aire o donde da el sol directamente a las flores contribuyen a resecar antes los tejidos y, por lo tanto, a que envejezcan más rápidamente.
Disfruta más de tus flores con estos pequeños cuidados.